martes, 25 de septiembre de 2007

CRÍTICA LA JUNGLA 4.0.



Aburrida, larguísima, La Jungla 4.o es la peor secuela posible. Es el inicio de las vacaciones, pero el detective John McClane (Bruce Willis), de la ciudad de Nueva York, no está de fiesta. Acaba de tener otra discusión con su hija adolescente, Lucy (Mary Elizabeth Winstead), y ha recibido una misión de rutina en la que debe detener a un joven hacker, Matt Farrell (Justin Long), para ser interrogado por el FBI. Pero para McClane, lo corriente tiene el hábito de convertirse en extraordinario, metiéndose abruptamente en el sitio equivocado en el momento equivocado. Con la ayuda de Farrell, McClane lentamente comienza a comprender el caos que acaba de iniciarse, y es que se está llevando a cabo un ataque a la vulnerable infraestructura de los Estados Unidos, deteniendo a toda la nación. Pero el personaje que está detrás del complot, Thomas Gabriel (Timothy Olyphant), va muchas jugadas por delante de McClane mientras pone en práctica sus increíbles planes.
El impacto del primer filme
El impacto del primer filme protagonizado por Bruce Willis como John McClane fue tal en España que la sustitución del título original inglés, Die Hard ('Duro de Matar'), por el de La Jungla de Cristal se ha mantenido en las secuelas posteriores.

Los términos 'jungla' o 'cristal' tenían cierto encaje en aquella cinta cuya acción se desarrollaba en los rascacielos Nakatomi, mientras que su presencia en los títulos de las continuaciones sólo obedece a una mera asociación con la exitosa cinta de John McTiernan. En cualquier caso, la perpetuación del título castellano del primer filme ejemplifica la indeleble impronta dejada por aquél.
Si la película se titulas
Si la película se titulase Caos Total y el poli respondiera al nombre de Harry Jones aprobaría por los pelos por tener un par de escenas de acción bien hechas. Probablemente también tendría sangre. Pero no. La película se titula La Jungla 4.0 y el peli es John McClane. Y eso toca los cojones, con perdón, pero así lo siento.

Una vez más, la industria cinematográfica americana vuelve a subestimar al espectador. Después de doce años, los seguidores de La Jungla de Cristal se merecían mucho más que una sucesión de tráileres sin conexión ni sentido, mucho más que ese amago de lo que la cuarta parte intenta ser y no termina siendo. Ni más ni menos que lo que suele suceder cuando cualquier guión “vale” para insertar escenas del “caos total” de Independence Day, sin tener en cuenta que ése nunca fue el espíritu de La Jungla, reinventora del género de acción.


Después de doce años, los seguidores de la saga se merecían mucho más que una sucesión de tráileres sin sentido. Después de doce años, los seguidores de la saga se merecían mucho más que una sucesión de tráileres sin sentido. Es la decepción de la temporada y solo queda de lo bueno alguna (forzada) frase del que fuera el mejor poli del cine.

Mi valoración: 1

1 comentario:

Lucía dijo...

Ya sé lo mucho que te decepcionó esta última entrega ...

Pobre, con la ilusión que te hacía la vuelta de McClane ...

La peor la hija, por mucho que se llame Lucy.