jueves, 12 de julio de 2007

Crítica de 28 semanas después.



28 Semanas después es una segunda parte atípica, ya que no repiten ni el director ni los supervivientes del reparto original.

Seis meses después de que el virus de la ira haya destruido al Reino Unido, la OTAN comienza su reconstrucción, y se establecen en el centro de Londres los primeros refugiados. Entre ellos se encuentra una familia que se vio separada por la crisis, y uno de sus miembros oculta un peligroso secreto.
Para llevar a buen puerto la empresa se eligió al cineasta canario Juan Carlos Fresnadillo, ganador de un Premio Goya por Intacto, y nominado al Oscar al Mejor Cortometraje. Desde la primera escena salta a la vista, nunca mejor dicho, que esta secuela no está recomendada para estómagos sensibles, ya que es aún más truculenta, violenta y sangrienta que su predecesora.

Pero la dirección de Fresnadillo es monótona, con un ritmo apático, cansino y totalmente mareante. La mayoría de escenas de acción la cámara se mueve con tanta rapidez que es imposible apreciar nada, dando bandazos aquí y allí sin sentido en un intento barato por intentar dar un toque de documental cámara en mano pero la mayoría de veces no ves de donde salen los infectados. Aparecen en un lado después salen en otro, matan a 500 de 200. Por no decir la escena de 5 minutos o más donde todo está a oscuras y no ves nada.
Una cosa es intentar meter al espectador en la historia y otra muy distinta es tomar el pelo a la gente y eso es lo que ha hecho Fresnadillo en su manera de dirigir esta secuela, porque cuando en la película es de día, bueno, tiene un pase. Pero cuando es de noche es un autentico infierno cinematográfico, no te enteras de nada, y es muy aburrida.

De los actores, sólo se salvan de la quema Robert Carlyle y Rose Byrne, pero el que se lleva la palma es el niño repelente, Mackintosh Muggleton; sin duda, una gran mayoría de espectadores deseará a su personaje un funesto y trágico final.

28 Semanas después no es más que otra fallida e innecesaria secuela, cuyo argumento a veces parece de chiste, y que no tiene ni pies ni cabeza. Lo peor de todo es que ya nos podemos ir preparando, si la taquilla no lo evita, para una tercera entrega, que en un alarde de originalidad se llamará probablemente 28 Meses Después.

Esperaba que Fresnadillo le diese un toque de personalidad a esta película y parece que lo único que ha aportado es la camiseta del Real Madrid del niño protagonista y como culé no me hizo ninguna gracia.
Mi valoración: 2/10

8 comentarios:

Micalet dijo...

Después de leer lo que estoy leyendo de esta peli, se ma han ido las ganas de verla. Esperaremos a que salga otra mejor.

Semana pasada mi mujer y yo empezamos a ver Silent Hill y no duramos ni 20 minutos viéndola. Muy mala.

Lucía dijo...

Jajajja, a ti te marcó desde el principio la camiseta del Real Madrid...


La verdad es que se veía fatal y era un poco confusa a veces.

Anónimo dijo...

Coñi, tenia una camiseta del real madrid? Pues ni enterarme jajaja

Que duro has sido !!! Pobre Fresnadillo.
A mi no me desagradó. me gusto el efecto de camara rapida que ves y no ves. Te acelera y creo que eso es lo chulo de la peli.

Cierto (y lo comente donde tu señora) que tiene fallos de guion graves

Micalet: con silent hill me paso lo mismo. Petardo de pelicula. Ni me entere

HECTOR dijo...

Como has podido leer a mi no me gustó nada.

CineTrailer dijo...

No la he visto, pero veo que no me he perdido mucho.

Saludos!!!

HECTOR dijo...

Hombre ya has visto mi crítica a mi no me gustó nada y si pides mi opinión, te diría que no pierdas el tiempo con ella, es muy floja y en algunos momentos, cutre, la verdad.

Un saludo.

CineTrailer dijo...

Ok. Hay mucho que ver como para dedicarse a esta o a los líos de Gray. Jeje

Quien entra ¡vuelve! dijo...

28 días, nos gusto, esta nos decepcionó. Un sin sentido. Lo del padre infectado no tiene ni pies ni cabeza, aunque recupera el final clasico de los zombies, ellos siempre ganan, no hay final feliz.

Estamos deseando ver Resident Evil, esa si que será buena seguro.

Nos leemos.